Vargas Llosa llora en el discurso oficial de los Nobel

LA PALABRA. El Nobel de Literatura habló de su pasión por la lectura.

Mario Vargas Llosa brindó anoche en Estocolmo un discurso que le hizo llorar a él mismo cuando abordó la figura de su mujer. "El Perú es Patricia, la prima de naricita respingada y carácter indomable con la que tuve la fortuna de casarme hace 45 años".

Ahí el Nobel, que había recorrido en su discurso su descubrimiento de la lectura a los cinco años, sus lecturas de poemas con su madre, los libros de Flaubert y Faulkner, la política, los nacionalismos y otros fanatismos, así como la decepción ante la Revolución Cubana y otros acontecimientos que marcaron el siglo XX, prorrumpió en lágrimas y ya leyó, interrumpiéndose a sí mismo con la voz quebrada por la emoción, todo un párrafo de homenaje a su familia: "Sin ella mi vida se hubiera disuelto hace tiempo en un torbellino caótico y no hubieran nacido Álvaro, Gonzalo, Morgana, ni los seis nietos que nos prolongan y alegran la existencia. Ella hace todo y todo lo hace bien".

Totalmente repuesto de una afonía, pero con los efectos aún del hematoma que le causó una caída, Vargas Llosa ha ofrecido su discurso titulado Elogio de la lectura y la ficción ante la Academia Sueca en el marco de la ceremonia de entrega del Premio Nobel de Literatura del 2010. El escritor comenzó a hablar a las 17.33 y terminó 48 minutos más tarde.

Ese momento se reflejó en su mujer, sus hijos, sus parientes cercanos, sus nietos, su agente literaria, Carmen Balcells, su traductor al sueco, Peter Landelius, todo el mundo lloró al mismo tiempo.

El escritor, que anoche se sorprendía a sí mismo de haber llorado ("¡Yo que nunca lo hago!"), explicó que "igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida"; "que la vida de la fantasía es más rica que la de la rutina cotidiana...". Reconoció que el espanto actual es el fanatismo, los terroristas suicidas, la multiplicación de armas de destrucción masiva: "Enfrentándonos a los fanáticos homicidas defendemos nuestro derecho a soñar y a hacer nuestros sueños realidad...".

Expresó su decepción "del estatismo y el colectivismo"; "mi tránsito hacia el demócrata y el liberal que soy —que trato de ser— fue largo, difícil, y se llevó a cabo despacio y a raíz de episodios como la conversión de la Revolución Cubana, que me había entusiasmado al principio, al modelo autoritario y vertical de la Unión Soviética".

Se refirió también al continente. “América Latina ha ido progresando, aunque, como decía el verso de César Vallejo, todavía “hay, hermanos, muchísimo que hacer”. Padecemos menos dictaduras que antaño, sólo Cuba y su candidata a secundarla, Venezuela, y algunas seudodemocracias populistas y payasas, como las de Bolivia y Nicaragua. Pero en el resto del continente, mal que mal, la democracia está funcionando”.

Contó cómo descubrió a América Latina en París, leyendo a Borges, a Paz, a Cortázar, a García Márquez, a Fuentes, a Cabrera Infante, a Rulfo, a Onetti, a Carpentier, a Edwards, a Donoso y otros. Explicó que no se siente extranjero en ningún sitio: "Quiero a España tanto como al Perú y mi deuda es tan grande como el agradecimiento que le tengo".

Abominó de los nacionalismos; aseguró que la emancipación de los indígenas americanos "sigue siendo una asignatura pendiente" y agradeció a sus amigos, "que se desvivieron porque mis historias tuvieran lectores".

Expresó su amor a Barcelona, España y a Perú: "El Perú es para mí una Arequipa donde nací pero nunca viví, una ciudad de mi madre, mis abuelos y mis tíos me enseñaron a conocer a través de sus recuerdos y añoranzas..." y por esa vía, Varguitas desembocó en ese párrafo que le hizo llorar: "El Perú es Patricia". "Tan generosa que, hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios: 'Mario, para lo único que tú sirves es para escribir'". Una ovación alivió al Nobel de sus lágrimas.

"Escribir es una manera de vivir". De eso es que trató el discurso. "La nuestra será siempre, por fortuna, una historia inconclusa. Por eso tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible".

El premio nobel de literatura

El escritor peruano Mario Vargas Llosa recibirá este viernes el Premio Nobel de Literatura 2010. La Academia sueca lo reconoció "por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota".

Vía: La Razón

Publicar un comentario

0 Comentarios