A 19 años del Internet en Bolivia el deficiente servicio sigue siendo un problema

La primera conexión de internet en Bolivia se instaló en 1993 y 19 años después, al celebrarse el Día Mundial de Internet, este servicio todavía presenta al menos tres serias deficiencias: mala calidad de servicio, deficiente velocidad de conexión y altas tarifas.

Además de las elocuentes estadísticas que ubican al país en los últimos lugares a nivel internacional, en cuanto a este rubro, dos especialistas explican las razones del retraso y plantean posibles alternativas de desarrollo.

A fines de 2010, el Viceministerio de Telecomunicaciones reportó que en Bolivia había 357.871 conexiones con cable (fijas) y 345.361 inalámbricas (móviles) pero, aunque no hay datos actualizados, los especialistas creen que debido a la proliferación del servicio en los últimos meses, actualmente habría más de un millón de usuarios en ambos servicios y que la conexión móvil tomó la delantera.

Aunque ENTEL es la empresa estatal que compra y distribuye el servicio de internet para todo el país, por su intermedio también ofrecen diferentes servicios otras cuatro firmas TIGO, COTAS, VIVA y AXS.

Internet en BoliviaNo obstante la amplitud de ofertas, el rango de tarifas se mantiene excesivamente alto y la calidad del servicio es muy limitada en comparación con la mayoría de los países vecinos.

Eduardo Rojas, presidente ejecutivo de la Fundación Redes, considera que una de las razones principales para esto es la “ciber-mediterraneidad” del territorio boliviano.

“El no tener salida al mar influye negativamente en las posibilidades de conectarse a los cables submarinos de fibra óptica que constituyen la base física de interconexión del globo”, explica.

Esto obliga a los operadores de servicios a relacionarse con intermediarios que faciliten la interconexión de Bolivia a través de Brasil, Chile, Argentina Paraguay y Perú, lo que implica un lógico incremento en los costos.

Variables y factores

Según datos de la Fundación Redes, a 2011, el costo del servicio de banda ancha fija que pagan las empresas operarias era de 73 dólares el megabyte por segundo (Mbps), en contraposición a los seis dólares por Mbps de la mayoría de los países europeos. Tal es la diferencia que mientras en Bolivia la tarifa al usuario promedia los 300 dólares por Mbps, en Panamá se cobra 18 dólares por Mbps.

“Esto demuestra que los países en vías de desarrollo prácticamente estamos subvencionando los costos de acceso a internet de otros países más avanzados que, contradictoriamente, reciben servicios de mejor calidad y más baratos”, dice Rojas.

El ciberactivista Mario Durán, miembro de Tecnologías de Información y Comunicación para el Desarrollo, afirma que si la cantidad de usuarios de internet en un país es baja, como ocurre en Bolivia, es lógico -por la ley de la oferta y la demanda- que el precio se mantenga alto.

Si a eso se le suma que el cableado de fibra óptica de las empresas bolivianas no está interconectado y que cada una debe pagar por obtener su propio rango, es evidente que los costos se incrementan aún más.

Esa inversión después debe ser recuperada con el cobro que se hace a los usuarios.

Otro de los aspectos que definen la calidad de este servicio es la velocidad. En Chile, país costero y con uno de los mayores estándares de calidad de vida de la región, la velocidad para cargar y descargar archivos está en el rango de 1.767 a 6.413 Mbps.

En Bolivia, en cambio, esas velocidades se ubican entre 210 y 428 Mbps, por lo que está en el último puesto de Sudamérica en cuanto a la calidad de este servicio y también en la zaga a nivel mundial.

Es más, Durán apunta “casi con seguridad, Bolivia es el país con las conexiones más lentas del mundo”.

“Mientras nosotros estamos usando internet en kilobits por segundo, en otros países ya están usando megabits por segundo. Es decir, mientras nosotros estamos en cientos, ellos están en miles; eso quiere decir que tecnológicamente estamos muy atrasados”, explica -a su vez- Miguel Velazco, un experto en sistemas informáticos.

Según Rojas, la única forma de mejorar la velocidad de subida y descarga de información es invertir en la instalación de cableado de fibra óptica que rodee todo el territorio nacional y garantice la llegada a todos los departamentos.

Un estudio realizado por la operadora ENTEL en 2011, demuestra que la red de fibra óptica sólo llega al eje troncal del país, dejando relegados a departamentos como Pando, Beni y Potosí.

Además, debido a las características y extensión geográfica del territorio nacional, se dificulta la conexión en regiones como el norte paceño, la Amazonia boliviana, parte del trópico de Cochabamba y del sur de Potosí.

Si bien el proyecto Territorio con Cobertura Total (TCT), impulsado por el Gobierno a través de ENTEL, permitió democratizar el acceso a la telefonía móvil en gran parte del país, aún falta ampliar el ancho de banda para fomentar la conexión a internet, por ejemplo, para el uso de la red de telefonía celular como canal.

Al respecto, la Fundación Redes busca promover la instalación de al menos un punto de intercambio de tráfico de internet en La Paz, lo que garantizaría que cualquier persona o empresa que desee conectarse a internet y conseguir información vía web lo logre fácil y económicamente a partir de la conexión en equipos instalados en Bolivia.

“Esto, por supuesto, requiere voluntad política, apoyo privado y, particularmente, una sociedad civil y académica organizada dispuesta a impulsar este tipo de iniciativas”, concluye Rojas.// Opinión

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