El Alto, bastión y receptor de migrantes

Los últimos migrantes llegan principalmente del sector altiplánico.

La ciudad más joven de Bolivia, El Alto, es también la de mayor crecimiento debido a la continua llegada de migrantes del área rural.

Ciudad de El Alto - BoliviaDesde la época colonial, una serie de asentamientos rurales se han acercado a la urbe paceña, hasta integrarse como parte de ella, hasta que la Guerra del Chaco, entre 1933 y 1935, expulsó gran cantidad de migrantes que definieron asentarse en el sector de la Ceja.

Por esa misma época, las líneas aéreas estadounidenses Braniff y Panagra empiezan a frecuentar la pista de aterrizaje construida en 1923, lo que da mayor transitabilidad al sector.

Poco a poco se construyen el aeropuerto internacional, la avenida Naciones Unidas y las viviendas de Alto Lima y Faro Murillo.

UNA MIRADA HACIA EL FUTURO. Desde 1945, los vecinos empiezan a organizarse; el 23 de abril de 1970, el alcalde de La Paz, Hugo Suárez Guzmán, aprobó la Ordenanza que crea la Subalcaldía de El Alto de La Paz.

El 6 de marzo de 1985, el Congreso sancionó la Ley 728, que crea la cuarta sección municipal de la provincia Murillo con su capital, El Alto de La Paz y la Ley 1014, de 26 de septiembre de 1988, la eleva a rango de ciudad.

Un hito histórico es, sin duda, la llamada guerra del gas, cuando su población, que sacrificó 70 vidas, derrocó al entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.

Según el alcalde de esta ciudad, Édgar Patana, entre los proyectos que se ejecutarán en un futuro inmediato son una terminal de buses, el Palacio Consistorial, el Hospital del Sur y el fortalecimiento del estadio Andino, ubicado en Cosmos 79.“Son obras que se piden  en la ciudad de El Alto”.

“Vamos a trabajar en el sistema de transporte masivo y el descongestionamiento de la Ceja, queremos vincular el norte y sur esquivando el Aeropuerto". Édgar Patana / ALCALDE DE EL ALTO

La pobreza es aún uno de los aspectos que caracteriza a esta ciudad, por la continua migración del campo a la ciudad y porque la mayoría de los habitantes de esta urbe se dedican principalmente al comercio minorista o la microempresa.

Patana reconoce que aún ésta es “una ciudad grande, con muchas necesidades, con una población en gran parte pobre y aunque, evidentemente hubo recursos, los mismos se han ido en obras atomizadas, pequeñas, que son necesarias”.

Admitió que últimamente a su administración le costó sanear las finanzas dejadas por anteriores alcaldes, deudas que no les permitieron avanzar como hubiera deseado y planificado.

Mucho por trabajar. En los ahora márgenes de esta urbe, aún existen muchas zonas nuevas sin registros de propiedad o planimetría y, por lo tanto, tampoco gozan de servicios básicos y el transporte que los acerca al centro comercial es escaso, llega en horarios limitados y hay que caminar largos trechos.

A ello se suma la falta de instituciones que brinden seguridad, el número de policías es reducido y los hechos delictivos son constantes.

Más hospitales, escuelas, un cementerio nuevo, el congestionamiento de la Ceja, el ordenamiento gremial y la generación de empleos son algunos de los problemas con que ahora se enfrentan las autoridades.

La definición de una nueva escala tarifaria en el transporte público es uno de los problemas actuales que aquejan a su población.

“Antes se llamaba El Alto de La Paz y existió siempre junto con la ciudad de La Paz, desde la época colonial, aunque antes tenía muy poca población”. Patricia Montaño / HISTORIADORA// La Prensa

Publicar un comentario

0 Comentarios