El Alto fue escogido como teatro de operaciones por tres de los cinco candidatos presidenciales. Por un lado, ayer el presidente y líder del MAS, Evo Morales, se dirigió a la ciudad más joven de Bolivia para dedicarle sus reconocimientos y dotar a uno de sus vecindarios de una piscina semiolímpica que costó al Estado más de Bs 15 millones.
Por otra parte, el expresidente y candidato del PDC, Jorge Quiroga, emprendió una caminata por barriadas alteñas y visitó al símbolo de la Iglesia católica de esa urbe, Sebastian Obermaier, luego de haberse exhibido con el cardenal Julio Terrazas.
Samuel Doria Medina, presidenciable de UD, también ha movilizado las presentaciones de su campaña hacia aquella ciudad que se convulsionó en 2003 para la salida de Sánchez de Lozada, la misma donde Soledad Chapetón, candidata a primera senadora paceña por UD, tiene llegada y receptividad.
Análisis de estrategia
Y para los analistas políticos la conducta de campaña de estos tres candidatos es bastante lógica. “Si algo nos enseñó octubre negro es que quien quiera llegar al mando presidencial debe tener de aliado a El Alto”, analiza Carlos Guzmán. “Concentran esfuerzos en occidente para luego desplazarse hacia el oriente y cerrar ahí. Parece lógico dado que para los tres candidatos los resultados de Santa Cruz y Beni harán la diferencia”, dice Pablo Deheza.
Entretanto, Fernando Vargas, candidato del PVB, continúa en La Paz, lo mismo que Juan del Granado, postulante presidencial del MSM, que ha dicho que sus exaliados del MAS hoy son “la nueva derecha”.// El Deber (BO)
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