El laboratorio-tienda-estudio de Mario Limachi está ubicado en la feria 16 de Julio de El Alto, donde se ofrecen todo tipo de repuestos de electrónica general además de clases de física y química para principiantes.Oriundo de Sorata, en cuya escuela fue siempre un niño aplicado, Mario Limachi cumplió su sueño de egresar de la carrera de Ingeniería Electrónica de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y hoy cuenta con un punto de venta de componentes y repuestos en general en la atiborrada feria de la 16 de Julio en El Alto.
Instalado hace diez años en ese gran comercio que atiende los jueves y domingos, Mario ofrece todo tipo de materiales para incurrir en la electrónica y también en la robótica “que está muy de moda entre los jóvenes”, dice. “Hay muchachos de colegio que vienen a hacerse asesorar y no les cobramos por ello”. Hasta su local también llegan estudiantes universitarios de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) y de la Escuela Militar de Ingeniería (EMI).
Pedagogo. Mario explica que si bien no ejerció su profesión en ninguna empresa privada ni institución pública del Estado, sus aptitudes siempre lo inclinaron hacia la enseñanza. “Empecé enseñando a mis hijos y sus amiguitos”.
Este ingeniero brinda clases de física, química, matemática y robótica, también asesora en proyectos electrónicos, experimentos de física, sistemas de seguridad, informática y computación, audio y televisión, entre aquellos interesados que acuden a su local de la calle L. de la Vega. Sus clases son dictadas en español y también en idioma aymara al ser la lengua madre de Limachi. “Y si quieren en inglés lo hacemos”, aclara.
Limachi abrió su taller reparando videojuegos conocidos popularmente como tilines, luego comenzó a fabricar rockolas hasta empezar con su afición en la fabricación de robots. “Aquí vendemos todos los repuestos y materiales para empezar con la robótica, también estamos comenzando a practicar con el aeromodelismo”, señala.
Entre los trabajos que se exhiben en su local y que acreditan sus conocimientos figura una minibobina Tesla de cuatro centímetros —generador electromagnético que produce altas tensiones de elevadas frecuencias— y pequeñas piezas robóticas como así también brazos hidráulicos. “Acá les bridamos los conocimientos básicos para empezar a armar un robot y también les ofrecemos los materiales”, finaliza.// la Razón (COM)
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