En El Alto familiares abandonan a adultos mayores en las calles

“Los parimos, los criamos, los educamos, los ayudamos y nos echan a la calle como si fuéramos perros. Ojalá sus hijos no le hagan lo mismo”

(Atipiri).- En la Ciudad de El Alto, a diario uno a dos adultos mayores, son reportados como extraviados y otras veces son botados a la calle por sus hijos(as) sin contemplación e incluso algunos Adultos Mayores son agredidos por sus familiares y así caminan llorando por las calles y Avenidas Alteñas.

Dos abuelitas de aproximadamente 85 años de edad, viven su últimos años de vida alejados de sus familiares tras haber sido abandonadas hace más de un año, por su familiares con una frazada en la mano en las frías calles de la Ciudad de El Alto.

Frente a ello, Filemón Escobar, Director de la Unidad de Protección al Adulto mayor, extendió un llamado a los familiares de los adultos mayores extraviados, para que se apersonen con documentos que acrediten el lazo familiar a la Oficina de Protección ubicada en la Avenida Juan Pablo II, altura Cruz Papal o comunicarse al teléfono 2-847257 o al celular 720-59827.

Ambas adultas mayores, fueron encontradas buscando su casa en el Distrito 3 de esta ciudad, como corresponde la Unidad de Protección al Adulto Mayor (UPAM) procedió en la búsqueda de su familiares a través de medios de comunicación solidarios.

Al no encontrar respuesta de los familiares, solicitaron la internación al Hogar San Martín de la zona San Felipe de Sek´e Distrito 4, dependiente de LA Fundación Cuerpo de Cristo del Padre Sebastián Obermaier.

Ignacia y Julia, se pusieron contentas, cual niños que la visita les traiga una golosina, enfundadas en su mandiles, sonrieron como si ignorarán su tragedia; amantaron y cuidaron a sus hijos, y cuando ellos crecieron les negaron la alimentación y el cuidado que les prodigó su madre.

Ignacia Mamani, mujer de pollera, fue encontrada en inmediaciones del Banco PRODEM, calle 3 de la avenida 6 de Marzo, con una frazada en la mano y son ninguna documentación de identidad por lo que el nombre que lleva es convencional, no se sabe su verdadero nombre; por estos motivos se presume que fue abandonada.

Julia Cori, también mujer de pollera y de nombre ficticio, fue abandonada en noviembre de 2009, se la encontró en Villa Ingenio del Distrito 5, en este tiempo no fue reclamada por ningún familiar. Su edad avanzada no le permite escuchar pero a cambio es una caminante afanosa y silenciosa de los pasillos del hogar que la acogió.

Según la responsable del Programa Restitución de Derechos del Adulto Mayor, Sandra Vargas, tras este año de averiguaciones, llegaron a la conclusión de que las dos personas fueron abandonadas por sus familiares, pero lo que es peor existen varios motivos para presumir que les quitaron todos sus documentos para cobrar su Renta Dignidad.

El 17 de noviembre a medio día, Manuela Acho de 90 años de edad, fue encontrada caminado por la zona 2 de Febrero, en la imposibilidad de dar con su casa fue remitida al Hogar Yepeto de Villa Cooperativa Distrito 7, calle Eliodoro Villazón.

Este mismo día Gabriel Huarachi Mamani de 61 años, habría sido encontrado en la zona San José, a las diez de la noche por la Brigada de Familia instancia que lo derivó a la oficina del adulto mayor.

En este municipio no hay hogares para el acogimiento de esta población, existen dos hogares que son particulares (Yepeto y San Martin), en los cuales, gracias al convenio suscrito con la municipalidad, los adultos extraviados pueden ser internados por unos días (máximo tres), porque sus ambientes están saturados.

Ø En El Alto, a diario un promedio de uno a dos adultos mayores, son reportados extraviados.

Ø De un total de cuatro a cinco, solo dos son reclamados por sus familiares los demás tienen que ser internados en diferentes hogares de La Paz y El Alto.

Ø El cien por ciento de los adultos extraviados no trae consigo sus documentos personales de identificación y se les pone nombres ficticios.

Ø La mayor parte llegan maltrechos por la larga caminata en busca de su domicilio hogar y otros llegan enfermos.