Tienes que creer lo que yo te diga

Reynaldo Quispe ChipanaLe decía María a Teresa, que le había sido incondicional durante mucho tiempo. Aunque últimamente María daba muestras de que estaba actuando y haciendo cosas indebidas que contradecían con los principios que un inicio la habían hecho popular entre la gente.

Fueron estos hechos que sembraron la duda en Teresa, que con esta última afirmación (tienes que creer lo que yo te diga) se preguntó si realmente estaba haciendo bien en confiar en María o simplemente estaba siendo utilizada.

REPASEMOS LA HISTORIA

Hacía varios años se conocían ambas, una era docente (María) y la otra estudiante (Teresa). Desde ese momento se hicieron amigas y ambas se apoyaban en las actividades y proyectos individuales.

Todo parecía marchar sobre ruedas –digo parecía-, porque no todo siempre es como parece. No es vano el dicho que dice: Las apariencias engañan.

Pero como las personas no solamente tienen una amiga, en este tiempo también Teresa hizo otras amigas docentes. Una de ellas era Romina.

La amistad de Teresa con sus docentes marchaba viento en popa hasta que un oscuro día empezaron los roces entre ambas docentes. Fue ahí cuando María conminó a teresa de que no debía dudar se su palabra y creer en ella.

Esta actitud hizo dudar a Teresa, tras lo cual evaluó si hizo bien en haberle brindado esa confianza incondicional. Después de elucubrar sobre el asunto decidió alejarse de María porque ya no era digna de su confianza.

TIENES QUE CREER LO QUE YO TE DIGA

Desde que escuché esta relato siempre estuvo presente la idea de que debía compartir esta historia y ahora finalmente lo hago.

Teresa ha quedado totalmente decepcionada con la actitud de María. En estos tiempos donde disfrutamos de la libertad de pensamiento no podemos vivir dogmáticamente, aunque hay gente que lo sigue haciendo, como los fanáticos religiosos o los seguidores de un partido político, cuyos seguidores confían ciegamente y sin llegar a meditar ni cuestionar el proceder de sus líderes.

Pensar por uno mismo no hace daño, así que no te prives de hacerlo si no quieres que te suceda lo que le pasó a Teresa.

*Basado en un hecho de tantos otros que suceden en Bolivia. Los nombres fueron cambiados para no afectar a nadie.

“Confianza ni en la camisa”

Reynaldo Quispe

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