En la ciudad de El Alto existen siete organizaciones de residentes peruanos que se dedican a actividades medicinales, educativas y culturales, entre otras. Allí, por ejemplo, funciona la academia de danza de marinera norteña, típica del vecino país.
El Consulado de Perú en Bolivia, que tiene su asiento en la urbe alteña, informó que 300 peruanos residentes en esa ciudad están habilitados para votar en los comicios generales de ese país, que se celebrarán este domingo 10 de abril.
Sin embargo, esta representación diplomática no proporcionó información acerca de la cantidad de residentes en la ciudad de El Alto, pues los 300 votantes representan un mínimo porcentaje. Esta legación estima que en la ciudad andina viven entre 3.000 y 6.000 peruanos.
El presidente de la Asociación Peruana de Residentes en Bolivia (Asperbol), José Luis Quintana, anunció que pedirá al Consulado un censo para determinar la cantidad exacta.
Ellos están organizados, por ejemplo, en la Asociación de Médicos Naturistas, que acoge a unas 90 personas dedicadas a la venta de hierbas y compuestos medicinales.
También está la Asociación de Trabajadores de la Zona Franca, donde los residentes son expertos en la conversión de motorizados usados importados. Son unos 80.
La Comunidad Integración Perú-Bolivia efectúa campeonatos de futsal, presentaciones de danzas y la campaña para obsequiar regalos a los niños pobres de El Alto, denominada: “Ven a mi casa esta Navidad”.
También cuentan con el club deportivo de fútbol Atlético Pachacuti; los difusores de obras culturales Bolivia-Perú, que se dedican a la venta de libros editados en ese país; la Asociación Señor de los Milagros que organiza una fiesta en octubre en devoción a este santo. Los estudiantes peruanos residentes en El Alto, matriculados en la Universidad Pública de El Alto (UPEA), también están organizados.
Quintana mencionó que otra cantidad de peruanos no está organizada y simplemente busca su subsistencia. “Algunos pueden estar organizados, pero cuando se trata de subsistir uno trata de ver la mejor manera de hacerlo”, indicó.
influencia. Esta presencia peruana en El Alto también deja sus huellas. Los residentes peruanos consideran que su influencia data de hace dos o tres décadas cuando los p’ajpakus, término con el que se identifica a los vendedores ambulantes, marcaron una forma innovadora de ofrecer productos comerciales.
“La influencia del vendedor peruano ha calado hondo en el comercio informal de la ciudad de El Alto y en algunas regiones de Bolivia, la versatilidad y facilidad de palabra son las armas con las que cuentan para poder comercializar cualquier producto”, mencionó Edilberto Córdova, vicepresidente de la comunidad Integración Perú-Bolivia.
Según Juan Carlos Medrano, residente peruano, la forma de escribir la crónica roja de los periódicos es de influencia peruana. “Yo recuerdo que en el Perú ya se vendía desde 1988 noticias como lo hacían El Extra y Gente, verlos en las calles me recordó a varios diarios peruanos”.
Según un sondeo realizado por La Razón a seis vecinos alteños, la principal influencia peruana que perciben es su música, especialmente cumbias chichas, que se suelen escuchar en las discotecas o en un sinnúmero de puestos de venta de CD y casetes en la Ceja de El Alto. Cinco de ellos coincidieron en esa apreciación, la sexta persona habló de influencia de los p’ajpakus.
Residentes tienen dos acentos
El presidente de la Asociación Peruana de Residentes en Bolivia (Asperbol), José Luis Quintana, apuntó que el acento de pronunciación de sus compatriotas varía dependiendo de si éstos son de la costa o de la puna. Los primeros tienen un acento marcado y hablan rápido; los segundos, más pausado.
50 residentes en la UPEA
Félix Cruz, presidente de los estudiantes residentes peruanos de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) y alumno de Medicina, sostuvo que los jóvenes del vecino país prefieren estudiar en Bolivia porque aquí las condiciones de ingreso son más accesibles que las existentes en su nación.
Explicó que en las universidades de su país existen cupos cerrados e inamovibles.
Comentó que son unos 50 repartidos en todas las carreras de la casa de estudios superiores de la urbe alteña. Ellos forman habitualmente grupos de estudio, en los que incluyen a los alteños.
Dijo que algunos residentes, sin detallar cuántos, tienen familiares en Bolivia, lo que de alguna manera les facilita el ingreso y la estadía.
Cruz sostuvo que si bien a la mayoría de los estudiantes bolivianos se los acogió de buena manera, tuvieron algunos problemas con un sector que los trató de “maleantes” y los discriminó por su nacionalidad de origen.
Uno de los aspectos que los afectó fue la pelea “política” entre los presidentes de Bolivia Evo Morales y del Perú Alan García, lo que motivó la reacción de la población alteña.
“La Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) dijo que los peruanos deberíamos desalojar esta ciudad y regresar por donde vinimos; me acuerdo que incluso se manifestó que se iba a ir casa por casa, lo que motivó que algunos compañeros replicaran esta versión”, relató al recordar ese difícil periodo para ellos.
La Razón
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