Los vendedores de la feria 16 de Julio, que se realiza los jueves y domingos en la zona del mismo nombre, son víctimas de los ladrones y son amenazados si delatan a los delincuentes. Aseguran que si presencian un robo se inhiben de intervenir o alertar a las víctimas, porque si lo hacen se exponen a posibles represalias de los antisociales.
“Una vez me siguieron después de trabajar. Uno de los delincuentes se acercó y me dijo que no debí decir nada (respecto a un robo) y que se vengarán. Ese día no pude ni dormir. Sé que fue sólo un escarmiento, pero me sirvió para no meterme más con los rateros”, recordó Albertina Chávez, vendedora de ropa usada.
Pese a las amenazas, en algunas oportunidades, los vendedores se animan a alertar a las posibles víctimas de robo. Pero lo hacen de manera que no sean detectados por los antisociales.
“Los conocemos muy bien y casi siempre nos damos cuenta cuando están detrás de alguien para robarle. Como no podemos decir nada de manera directa, lo hacemos con recomendaciones como: ‘Hay mucho ladrón caserito, va a tener cuidado’. O, si es hora de almuerzo, le damos direcciones de puestos de comida que están al lado contrario de donde lo esperan los asaltantes”, informó Carmela Ticona, comerciante de ropa.
A veces, las vendedoras se acercan a las personas que están a punto de ser asaltadas y, para evitar que se consume el delito, las atraen hacia sus puestos ofreciéndoles su mercadería. “Es parte de nuestro trabajo. Si nos compran, bien; sino, bueno, por lo menos hemos logrado que el ladrón no le robe, aunque hay gente que se enoja, claro no sabe que en el fondo le estamos advirtiendo”.
Las comerciantes aconsejaron a los visitantes de la feria que cuando los vendedores se les acerquen a ofrecerles su mercadería les hagan caso porque de esa manera les están alertando de un posible atraco.
Cuando la feria tiene pocos visitantes, los ladrones roban los puestos de los vendedores. “Creo que no quieren retornar con las manos vacías, por lo que se acercan a nuestros puestos y en un rato nos roban, ya sea una prenda de vestir, un juguete, un artefacto o lo que ellos vean por conveniente”, declaró José Limachi, un vendedor de juguetes. estadounidenses.
Constante extravío de menores
Un problema frecuente en la feria de la zona 16 de Julio es el extravío de menores. Para los comerciantes, en la mayoría de los casos, se trata de menores que acompañan a los compradores. Para la Policía, en cambio, son hijos o hijas de los vendedores. La Fuerza Especial de Lucha Contra del Crimen solicitó que ambos cuiden a sus niños, porque es frecuente el rapto de menores.
Los cogoteros operan en el sector autos
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) reveló que otra categoría de delincuentes que frecuenta la feria 16 de Julio son los cogoteros. Éstos rondan especialmente a los compradores de motorizados usados.
El director de la FELCC, Roberto Campos, alertó sobre la magnitud del problema. Según la autoridad, se han dado casos en los que un grupo de delincuentes eliminó a otro para evitar la “competencia” en su territorio. “Hay mucha gente que ha ido a comprar y se ha encontrado con que el vendedor es un cogotero, o al revés. Lo cierto es que es muy difícil determinar quiénes son y quiénes no”, dijo el director de la FELCC. Manifestó que este tipo de casos suelen ocurrir una vez al mes o cada dos meses.
Añadió que “la recomendación para la población es que tenga mucha precaución a la hora de comprar o vender un vehículo”, en la feria alteña. En la FELCC, los uniformados revelaron que para ellos es difícil obtener información sobre los delincuentes o sobre automóviles que son utilizados en hechos delictivos.// La Razón
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