Desde las 07.00 de ayer, se efectuó la trigésimo primera
versión de la Entrada de la Virgen del Carmen, en El
Alto. Los más de 40 mil bailarines pertenecientes a 51 fraternidades
hicieron su paso por la avenida Juan Pablo II, la avenida Chacaltaya, Alfonso
Ugarte y plaza Libertad, para finalizar en la plaza La Paz.
Según los organizadores, el paso de los conjuntos — de danzas
autóctonas, livianas y pesadas—, fue regular, por lo que no hubo mayores
retrasos. La entrada folclórica de la zona 16 de Julio busca consolidarse como
una de las principales manifestaciones de este tipo.
FORTALECIMIENTO. La entrada en devoción a la
Virgen del Carmen, patrona de la ciudad de El Alto, es la segunda fiesta
religiosa más grande de La Paz, después del Gran Poder, ya que mueve millones de
dólares para su organización y realización, que lleva todo el año.
Las
fraternidades, agrupadas en la Asociación de Conjuntos Folklóricos 16 de Julio,
tienen entre sus integrantes a comerciantes, empresarios y muchos llegados de
las provincias paceñas.
De acuerdo con el presidente de esa asociación, Jaime Nina, la
organización buscó controlar el consumo de bebidas alcohólicas, así como hacer
énfasis en la seguridad.
Para ambos efectos, el Ministerio de Comunicación ejecutó la
campaña de prevención "El Alto libre de violencia, vive su cultura", para
informar a la población acerca de la Ley 348 para "garantizar a las mujeres una
vida libre de violencia" en cuanto a los delitos que atentan los derechos de las
mujeres y las familias, y posicionar, además, una línea gratuita de
denuncias.
Al igual que en la Fiesta Mayor de los Andes, la danza favorita
de los alteños es la morenada. Por ello, 14 de las 51 fraternidades la
practican. Una de ellas es la Señorial de Morenos Chacaltaya 97 punto 16 —que
hizo su aparición después del mediodía—, conocida por ser la morenada más
numerosa de Bolivia.
Sus más de 2.000 participantes se hallan divididos de tal
manera que necesitan de cuatro bandas de música para acompañarlos. De igual
manera, esa característica forma parte de las singularidades que no cualquier
agrupación puede realizar. Como se recordará, en el Gran Poder se prohibió que
alguna fraternidad haga su ingreso con ese número de bandas.
Otras danzas que resaltaron en la jornada de ayer fueron tobas,
tinkus, caporales, diablada, kullawada, auqui Auqui y varios conjuntos de
mohoseñada.// La Prensa (BO)
Hubo más controles en la entrada folklórica de la zona 16 de Julio
La entrada de la zona 16 de Julio, en El Alto, se caracterizó
por mayores controles al uso de elementos de fauna silvestre, utilización de
pasarelas y vigilancia en las vías. Sin embargo, el control en la
comercialización y consumo de bebidas alcohólicas no fue el óptimo.
El trabajo multiinstitucional permitió los controles. Las vías
públicas en los alrededores del barrio fueron vigiladas por la Guardia Municipal
de Transporte (GMT), en el trayecto los danzarines tuvieron el resguardo de
policías y guardias de seguridad privada contratados por los mismos grupos
folklóricos.
Mientras que el Ministerio de Medio Ambiente hizo operativos
para controlar el uso de elementos prohibidos en los trajes de los danzarines de
las 46 fraternidades participantes. La Asociación de Conjuntos Folklóricos
verificó la puntualidad y el orden de ingreso de los conjuntos.
Sanción. El presidente de la Asociación de Conjuntos
Folklóricos de la zona 16 de Julio, Jaime Nina, lamentó que debido al control
del uso de elementos de fauna, la fraternidad Comunidad Cohana de la provincia
Los Andes no ingresó porque supuestamente su vestimenta llevaba plumas de aves.
“No es así, no estamos dañando el medio ambiente y atentando contra la vida
silvestre”, afirmó el representante de esta organización.
En la trigésima primera versión de la entrada, que tuvo un
recorrido de más de 15 kilómetros, se desplegaron cerca de 300 efectivos
policiales por todo el trayecto y las pasarelas para evitar que la gente se
aglomere en ellas, y así prevenir accidentes como el que se suscitó en la
entrada del Carnaval de Oruro en 2014. Además, al menos 50 guardias municipales
de transporte ayudaron con el orden en el tráfico vehicular en la avenida Juan
Pablo II, que utilizó un solo carril para ambos sentidos.
La venta de cerveza fue la más notoria, entre las bebidas
con alcohol, y en todo el trayecto, principalmente en puestos cercanos al palco
principal, se observaron a niños, niñas y adolescentes de entre 10 y 15 años
vendiendo este producto a los espectadores y a los mismos bailarines. Ninguna
autoridad restringió este hecho, no se observaron decomisos ni llamadas de
atención.
Nina, un día antes de la fiesta en homenaje y devoción a la
Virgen del Carmen, había asegurado que las fraternidades que consuman alcohol en
el trayecto serían sancionadas, pero tampoco se observó esto, porque los
danzarines tenían en sus manos latas de cerveza y las dejaron en el suelo al
momento de arrodillarse frente al altar de la virgen.
El evento comenzó a las 07.00 con una misa que duró
aproximadamente una hora y se ofició al comienzo del recorrido por el obispo de
El Alto, monseñor Eugenio Escarpellini. A esa hora, la Policía ya dispuso el
cierre del carril de ida, de la Ceja a Río Seco, en la avenida Juan Pablo II, lo
que provocó congestionamiento vehicular.
RECORRIDO
A las 08.45, la primera danza, moseñadas de la fraternidad Waca
Waca, comenzó el recorrido que se iniciaba en el puente Río Seco, intersección
entre las avenidas Juan Pablo II y Costanera. El palco oficial fue instalado en
la plaza Libertad y el trayecto llegó hasta la plaza La Paz.
Como es una característica en esta fecha, miles de comerciantes
aprovecharon para vender diferentes productos, esencialmente comida y bebida. De
la misma manera, se instalaron sillas y vigas de madera que cumplían la función
de bancas acomodadas como graderías por las que se pagaba entre Bs 25 y Bs
40.
Al igual que en años anteriores, las fraternidades mostraron
sus mejores atuendos, llamativos por sus colores. Las bandas de música no
solamente amenizaban al público con los instrumentos, sino que hicieron algunas
demostraciones coreográficas.
El
viento frío de invierno aparecía por momentos, la gente se protegía en su propia
ropa, tapándose la cabeza o la cara con sus mantas, chompas, chamarras o sus
manos, para evitar llenarse de polvo, pero esto no ahuyentó a nadie, las
polleras parecían agradecer la fuerza natural y se movían con más fuerza, y los
caporales y morenos pretendían vencerlo en cada uno de sus pasos. Los trajes
típicos contrastaban con el uso de piercings, gafas de sol, aretes, peinados
modernos de algunos fraternos y celulares que eran utilizados para sacarse
selfis.
Las danzas de ´la 16´
Morenada
De las 46 fraternidades, cinco menos que el año pasado, 16
bailaron morenada, siendo la danza preferida por los grupos.
Diablada
El baile que hasta la fecha no se presentó fue la diablada,
muchos vecinos pidieron esta demostración para la próxima festividad.// La
Razón (COM)
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