Mientras se anuncian miles de millones de dólares en inversión en el país, de lo que muy poco se destina para obras en La Paz, se fortalece la conciencia ciudadana paceña que ha sido capaz de ganar para esta región el honroso título de "cuna de la libertad y tumba de tiranos". La tradicional rebeldía de su gente a la par de su vocación de trabajo y solidaridad hizo de la sede de gobierno el centro del poder político y económico hasta el siglo XX. Ahora el motor de la economía se ha trasladado a otros distritos como un castigo a la indomable fortaleza de carácter de los paceños que no doblan la cerviz y están dispuestos a decir no a las imposiciones abusivas, a la deshonestidad, a la corrupción y al engaño.
El costo de esta indeclinable posición ha sido la discriminación en el reparto de la millonaria torta que el siglo XXI trajo con el aumento de los precios de las materias primas que ha permitido que el tesoro general del Estado acumule la mayor reserva monetaria de la historia. Según datos del gobierno, las exportaciones del país alcanzaron a un promedio de 12 mil millones de dólares anuales, la mayoría por los altos precios del gas natural y de los minerales. Esto significa que sin contar este año en el que se cayeron las cotizaciones, ni los ingresos por renta interna, en diez años de boom de precios Bolivia recibió más de 120 mil millones de dólares. ¿Cuánto se invirtió en La Paz?
Se han construido algunas carreteras en casi todo el territorio nacional así como obras faraónicas improductivas o emprendimientos en los que se despilfarraron miles de millones de dólares. La propaganda política incesante en una campaña proselitista permanente, ha logrado apoyos en algunas regiones, pero los hechos objetivos han repercutido en la formación de una conciencia cada vez más sólida de rechazo al autoritarismo y a la corrupción.
Esta posición se está extendiendo a otros distritos que vieron que La Paz no se había equivocado en su firme posición. La Paz se desarrolla por el trabajo de su gente y crece en población, en economía y construcciones. Es el departamento con mayor población del país y en este momento tiene cerca de tres millones de habitantes, la mayoría en la sede de gobierno y El Alto. Más de cuatro mil empresas constructoras asentadas en La Paz y El Alto están revolucionando las edificaciones. Las dos principales ciudades de este departamento se expanden de forma acelerada, lamentablemente, sin planificación responsable. El Alto se ha extendido hacia el Altiplano y en la sede de gobierno las viviendas han copado todas las laderas y treparon hasta El Alto, uniendo las dos ciudades. En los otros cerros las construcciones ocuparon zonas inclusive de alto riesgo.
Pero las ansias de crecer y construir no tienen pausa. En la última década en la ciudad se han construido edificios en todas las zonas. Sopocachi y Miraflores crecieron hacia arriba igual que el centro de la ciudad. Los más de 50 barrios de la zona sur se amplían constantemente. En la línea troncal y sus inmediaciones se han levantado edificios venciendo la resistencia de las autoridades municipales que hasta hace poco restringían las construcciones a ocho pisos. Hoy se ven estructuras de 15 o más plantas y las autorizaciones para nuevas construcciones aumentan cada día.
La actividad económica es cada vez más intensa. Los últimos informes confirman que La Paz cuenta con unas 30 mil empresas, ocupando el primer lugar a nivel nacional, con el 30% del total del Registro de Comercio de Bolivia.
El dinamismo del departamento de La Paz no tienen pausas, pero hasta ahora ha encontrado trabas para aprovechar el potencial del norte paceño, que de acuerdo a los estudios que efectuó hace tres décadas la extinta Corporación de Desarrollo de La Paz (Cordepaz), se dirigían a explotar la exuberante riqueza de las provincias Iturralde y Fran Tamayo, que ofrecen perspectivas que van desde oro, hidrocarburos, minerales diversos y grandes extensiones aptas para la agricultura, además de contar con el proyecto hidroeléctrico más grande de la región con la mega represa de El Bala. Año tras año, el gobierno central anuncia que hay petróleo en Liquimuni, hecho que los paceños sabíamos hace más de tres décadas. Pero el gobierno construyó el teleférico, y aunque hay alguna resistencia, se ampliará ese servicio.
Desde que en Churubamba se fundara la ciudad de La Paz, después del simbólico acto de Laja, el 20 de octubre de 1548, han transcurrido 467 años en los que el villorio de la plaza Alonso de Mendoza, el Tambo Quirquincha, las hilanderías y los lavaderos de oro vieron pasar la historia; cambiando, desapareciendo, y dando lugar a una expansión que con el sello de la gente de Chuquiabo, fortaleció el lema fraternal pacificador de su escudo de armas, que convoca a forjar un pueblo de paz para perpetua memoria.// Jornada Net.com
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