La cantidad de funerarias en El
Alto se triplicó en los últimos cinco años. En 2010 funcionaban al menos 20
de estos negocios, que hoy llegan a 60, y según los propietarios este fenómeno
se da por el crecimiento poblacional y la demanda vecinal.
De acuerdo con los datos recabados por la unidad municipal de
Ingresos y Control Tributario de la Dirección de Recaudaciones de la Alcaldía de
El Alto, en esta ciudad existen actualmente 60 funerarias y se reportan 12
negocios de venta de ataúdes.
Los propietarios señalan que es una actividad que tiene una
demanda constante y reconocen que les genera una rentabilidad que permite
obtener recursos económicos sin que tengan que depender de un empleador.
No obstante, los dueños de estos emprendimientos señalan
que la reciente proliferación de más casas funerarias les ha afectado. Además,
ven una “competencia desleal” en algunos artesanos dedicados a la elaboración de
ataúdes, quienes muchas veces ofrecen los mismos servicios a menor precio y en
su criterio con menor calidad.
Servicios. Las funerarias de El Alto ofrecen
un servicio completo con precios variables entre los Bs 1.500 y Bs 3.500,
dependiendo de lo que el cliente solicite y la calidad de ataúd que se requiera
para el difunto.
El servicio completo implica la compra del ataúd, el colocado
de alfombras, cortinas, velas, flores, luces y una pequeña capilla ardiente.
La oferta es a domicilio o en algún salón que los dolientes
escojan. No todas las funerarias cuentan con ese espacio en un inmueble, pero lo
que hacen es recomendar algunos salones para el ritual. “Generalmente, las
familias deciden que velarán al difunto en su casa, algunos lo hacen en las
sedes sociales de las juntas vecinales”, comentó Alberto Chambi, administrador
de una funeraria de El Alto.
El costo de los ataúdes va desde los Bs 100 para bebés. En el
caso de las personas adultas, el más económico cuesta Bs 1.500 y Bs 3.500 el más
caro.La muerte llega, muchas veces sin previo aviso, por lo que muchas familias
se ven sorprendidas y ante esta situación no tienen otra opción que pedir una
rebaja en los costos del servicio funerario. En algunos casos porque no tenían
previsto ese gasto o por tener ingresos económicos bajos.
“Se les da una rebaja, porque se nota quiénes no tienen
recursos para pagar”, explicó la propietaria de la funeraria El Descanso, Wilma
Conde. Por otra parte, hay quienes piden ataúdes con mucho tiempo de
anticipación, se dieron casos en que lo hicieron incluso hasta dos años antes
del fallecimiento de una persona.
“Esto se debe a que esas personas han sido desahuciadas o son de la tercera edad, entonces los familiares ya se preparan, piden modelos y colores de los cajones”, dijo Julio Lima.
La ubicación de estas funerarias es estratégica, se encuentran
en las avenidas principales, cercanas a centros de salud, hospitales y a las
carreteras de donde se reportan con frecuencia accidentes de tránsito.
Frente a la Universidad Pública de El Alto (UPEA), en la avenida
Juan Pablo II, Villa Dolores, Senkata, San Roque y los cruce de Viacha y Villa
Adela son los sectores donde más se pueden encontrar estas
funerarias.
Colores en los ataúdes
Jóvenes El color blanco de un ataúd se
distingue de los demás porque es utilizado para niños, niñas o jóvenes mujeres
o varones solteros. Los demás colores son a elección. El que más requieren es el
marrón y con bordes redondos.
Artesanos se dedican a la elaboración de
ataúdes
En El Alto existen artesanos que construyen ataúdes para las
casas funerarias. No obstante, otros abrieron su propio negocio y para los
dueños de este tipo de emprendimientos es “una competencia desleal” porque
venden y ofrecen al cliente precios más bajos.
En El Alto, al igual que en muchos otro rubros, los negocios
parten de iniciativas familiares. Estos artesanos elaboran los féretros en sus
casas y los venden.
Son personas que adquirieron sus conocimientos relacionados con
la carpintería a través de sus padres o sus abuelos.
Es el caso de Julio Lima, quien aseguró que su padre le enseñó
a construir los cajones de madera, que son vendidos como ataúdes.
“Trabajé también en una funeraria, pero luego de ver y conocer
todo este movimiento, decidimos con mi esposa hace 15 años instalar nuestro
propio negocio”, contó. Él vende en la zona Paraíso y su tienda lleva el nombre
de Jacob.
Los artesanos, al no tener un espacio establecido y no pagar
impuestos, ofrecen sus servicios más baratos con relación a los negocios
establecidos legalmente.
Las funerarias con licencia piden a las autoridades municipales
controlar con alguna normativa esta diferencia que les genera pérdidas
económicas.
La Paz recibe 7 de cada 10 difuntos
Al menos el 70% de las personas que requieren servicios
funerarios en El Alto traslada a sus familiares fallecidos a cementerios de La
Paz. La Razón hizo una encuestas en diez funerarias, las que coincidieron en que
de cada diez clientes, siete prefieren llevar a sus difuntos a la sede de
gobierno.
Hay tres factores por los que los clientes deciden acudir al
cementerio de La Paz, según explican los propietarios y administradores de este
tipo de negocios.
Uno de ellos es que en el cementerio general de El Alto la
construcción del nicho cuesta más porque se debe contratar además a un albañil
para que haga el trabajo y éste cobra Bs 780, en cambio en La Paz solo se debe
comprar el espacio ya hecho que cuesta entre Bs 250 y Bs 300, en ambos casos es
por un periodo de cinco años.
“La diferencia en La Paz es que no se puede elegir el lugar, se
hace un sorteo entre las funerarias y si te tocó al medio, arriba o abajo, se
acata”, explicó Wilma Conde, de la funeraria El Descanso.
Un segundo aspecto para que las personas decidan trasladar los
cuerpos a La Paz es porque trabajan, estudian o hacen alguna actividad cotidiana
en esta ciudad y sienten que estarán más cerca de sus seres queridos para poder
visitarlos.
La Alcaldía de El Alto comenzó un trabajo de relevamiento de
información en 2013 para conocer qué población es la que se entierra más, entre
niños, jóvenes, adultos, mujeres, varones o ancianos, pero hasta la fecha no se
cuenta con esos datos.
Un tercer elemento es que El Alto no cuenta con una morgue y La
Paz sí, en el Hospital de Clínicas. Tras recuperar el cadáver, se hace más fácil
para los familiares contratar servicios funerarios en la hoyada.// La
Razón.com
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