Piden en Bolivia inaugurar un nuevo cementerio para los muertos por coronavirus de El Alto

El reclamo se basa en que el Cementerio de La Paz anunció que no recibirá más fallecidos que no sean del municipio.

Ante el anuncio de que el Cementerio General de La Paz ya no recibirá a más fallecidos por coronavirus que no sean del municipio, las funerarias pidieron hoy a las autoridades habilitar un terreno para enterrar a personas de la vecina ciudad de El Alto que murieron a causa de la Covid-19.


“¡Ahora, qué van a hacer con los que están falleciendo en El Alto!”, reclamó el presidente de la Asociación de Funerarias de La Paz y El Alto, Miguel Elías.

Los cementerios alteños, Villa Ingenio y Mercedario, no tienen horno crematorio, por lo que Elías propone que la Alcaldía de El Alto y el Gobierno central habiliten un terreno alejado para enterrar allí a los alteños que fallezcan a causa de la pandemia de coronavirus.

“Hay que conseguir un terreno. Aunque sea a una media hora de El Alto no importa, por arriba hay terrenos. Que habiliten uno de unas dos hectáreas, se lo amuralle y solamente va a ser para entierros de fallecidos por Covid”, sugirió el presidente de las funerarias. “Para mí esa es la solución inmediata”, aseveró, según declaraciones al diario paceño Página Siete.

El representante de las funerarias recordó que hace ya bastante tiempo la Asociación advirtió que El Alto no cuenta con un cementerio general, un horno crematorio ni morgue judicial, "y ahora por no habernos hecho caso estas son las consecuencias”, dijo.

Además, Elías lamentó que los vecinos no permitan entierros de fallecidos por Covid-19 en los cementerios alteños. “En vez de haber soluciones, nos estamos perjudicando entre bolivianos y no debería ser así”, reflexionó.

El último miércoles, la comuna de El Alto informó que se negociaba con los vecinos de una zona para conseguir su autorización e instalar el horno crematorio y que, una vez aprobado este proyecto, la instalación de los equipos demandaría unos 30 días.

El horno crematorio que se quiere instalar tiene una capacidad diaria de incineración de hasta ocho cuerpos.

Entre los meses de abril y junio, las cremaciones se incrementaron de 18 a 124 en el Cementerio General de La Paz, que recibe por día entre 16 y 20 cuerpos. De este número, ocho son cremados y los otros son inhumanos en un cuartel que tiene una capacidad para 200 cuerpos.

En este último espacio, en los primeros ocho días de julio se ocuparon 112 plazas. Ante esta situación se habilitó un segundo pabellón con la misma capacidad.

Si este pabellón se llena, la comuna analiza la posibilidad de habilitar fosas comunes.

La Alcaldía de La Paz determinó restringir desde el viernes los entierros de cuerpos provenientes de otros municipios en el Cementerio General. El alcalde Luis Revilla instó a las autoridades de otros municipios que asuman la responsabilidad en facilitar la inhumación de los fallecidos en sus territorios.

“Nuestro Cementerio General no podrá absorber toda la capacidad del área metropolitana de La Paz”, aseguró Revilla.

La curva de contagios muestra una tendencia creciente en Bolivia y alcanza los 47.200 casos confirmados en el país, mientras los fallecidos son 1.754, de acuerdo con estos datos recogidos por la universidad estadounidense Johns Hopkins.// Télam

_

Bolivia: cementerios rechazan a difuntos ajenos a municipios

Las autoridades de La Paz y de la vecina El Alto anunciaron que restringirán los entierros en los cementerios de ambas ciudades a difuntos de sus municipios, ante un incremento de la demanda por la pandemia del nuevo coronavirus.

“Daremos prioridad a los vecinos de El Alto en los entierros. Antes de la pandemia, los decesos llegaban a ocho por día, después a 20 diarios y ahora estamos con 40 entierros todos los días”, dijo a la televisora ATB, Ana María Saavedra, secretaria de Desarrollo Económico de ese municipio, 12 kilómetros al oeste de la capital boliviana.

La Paz adoptó la misma decisión desde el fin de semana. “La demanda de entierros nos preocupa, por tanto se restringirá a difuntos de otros municipios”, dijo el alcalde Luis Revilla.

Desde la semana pasada las dos ciudades encabezan los reportes diarios de contagios del Ministerio de Salud y han superado a Santa Cruz y Cochabamba, epicentro de la pandemia con más del 50% del total de infectados. En otras urbes las autoridades han habilitado nuevos cementerios y los hornos de cremación que dependen de las alcaldías funcionan al tope de su capacidad.

La crisis sanitaria alteró los ritos fúnebres. No se permiten más de 10 personas en los entierros y tampoco músicos.

El nuevo coronavirus golpeó en marzo cuando el país intentaba salir de una violenta crisis política derivada de la renuncia del presidente Evo Morales por sospechas de fraude electoral. El gobierno interino de Jeanine Áñez debió hace frente a la emergencia sanitaria con un sistema de salud precario por años de desatención.

La víspera el ministro de Gobierno Arturo Murillo habló de “expropiar” algunas clínicas privadas en Cochabamba, en el centro del país. Sus declaraciones provocaron el rechazo del gremio empresarial que calificó a la propuesta de atentatoria contra la “seguridad jurídica”.

“No se trata de expropiar o intervenir sino de buscar alianzas con el sector privado para actuar rápido ante el aumento exponencial de contagios”, aclaró el ministro de Trabajo, Oscar Mercado.

Hasta el martes Bolivia ha reportado 49.250 casos y 1.866 decesos y las autoridades sanitarias anticiparon que los infectados podrían sobrepasar los 130.000 en agosto. La lista de infectados está encabezada por Áñez y cinco de sus ministros, todos en aislamiento. Otros dos ya superaron la enfermedad.

La cuarentena fue levantada en junio por presión de los sectores informales que representan el 70% de la economía boliviana, aunque se mantiene el encierro los fines de semana.

El martes, una marcha convocada por la Central Obrera Boliviana (COB) colapsaba las calles de La Paz. Con escasa protección y sin distanciamiento social, los manifestantes reivindicaban la salud, rechazaban despidos y la educación virtual que aplica el gobierno, por su carácter discriminatorio con poblaciones rurales donde no hay internet o su acceso es limitado.

El Jefe de Epidemiología del Ministerio de Salud, Virgilio Prieto, dijo que las personas más afectadas están en el rango de de los 25 a 49 años, es decir, la población que sale a trabajar, las amas de casa, los comerciantes callejeros y los manifestantes.// Chicago Tribune

Publicar un comentario

0 Comentarios