Todos los días, a las 7 de la mañana; Benita Alvizuri sale de su casa, en Alto Pasankeri, y sube las gradas hasta la estación Mirador de la línea Amarilla del teleférico, en Ciudad Satélite.
Benita es sólo una de las numerosas personas que se dedican a la venta de alimentos en inmediaciones de la estación Mirador de la línea Amarilla del teleférico en El Alto, donde el movimiento es cada vez mayor.
“Para nosotros es una bendición que el teleférico tenga su estación aquí, porque nos ha traído clientes que nos permiten ganarnos la vida”, afirma Benita, con tono de agradecimiento a quienes hicieron posible la implementación de la parada de transporte aéreo por cable en la zona.
Junto a ella venden jugos de frutas sus compañeras y amigas Alicia y Estela, también madres solteras con numerosa prole. Ellas mantienen a sus familias, según dicen, gracias a los clientes que llegan en las cabinas del teleférico.
“Ya somos tres asociaciones, somos más de 50 vendedoras solamente en el sector de las gradas”, afirma contenta Alicia.
La vendedora de jugos cuenta que tiene como clientes a bolivianos y extranjeros.
“De todo vienen aquí. Hay gente de La Paz, de El Alto, pero también de otros países. Nos va bien y la clientela sigue aumentando”, manifiesta con optimismo.
Tal cual ocurre en todas las estaciones del teleférico, en la que está en Ciudad Satélite se puede encontrar desde oficinas de instituciones estatales, hasta sucursales de empresas privadas. En el interior de la estación Mirador existen bancos, librería, farmacia, restaurante de comida rápida, juegos infantiles y hasta un supermercado.
Sin embargo, quienes han encontrado alivio y una perspectiva económica de esperanza con la llegada del teleférico, son aquellos que se dedican a pequeños emprendimientos económicos, como el comercio de alimentos o el transporte.
En las afueras de la estación de la línea Amarilla, en El Alto, se pueden observar decenas de puestos de comida, jugos, de granos tostados, helados, pasteles y muchos otros alimentos.
En la avenida, delante de la estación, se observa una fila de radiotaxis que ofrecen sus servicios. Los propio ocurre al frente, donde los minibuses se llenan rápidamente de pasajeros, que llegan en las cabinas del teleférico.
Entre los más beneficiados están los operadores de turismo, que han incrementado sus ingresos con los numerosos paseos guiados, en las distintas líneas del sistema de transporte aéreo por cable.
Para el gerente de la empresa Mi Teleférico, César Dockweiler, el movimiento económico que se genera es sólo uno de los objetivos que se persigue.
Además, en la ciudad de El Alto se tiene el objetivo de crear centralidades en torno a las estaciones del teleférico.
Agregó que un importante movimiento económico y de personas se registra en la estación Mirador de la línea Amarilla, en Ciudad Satélite.
Adelantó también que la estación de la línea Morada, que estará en el sector del Faro Murillo será la de mayor tamaño en el sistema de transporte aéreo por cable en El Alto y, por ello, también la centralidad más importante en esa urbe.
Los criterios son coincidentes: la implementación del teleférico no sólo revolucionó el transporte en La Paz y El Alto, sino también permite a muchas familias bolivianas mejorar su economía, a través de diferentes actividades.// Los Andes
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